Cuando somos concebidos, nuestra alma ya está impregnada de amor, de coherencia, de sabiduría, de respeto por nosotros, por el resto de personas y hacia la naturaleza. Cuando tratamos de integrarnos en esta sociedad, toda esa sabiduría que se nos regala al nacer se queda encapsulada en nosotros y empieza a tomar forma nuestro ego. El ego, con su misión de protegernos y de integrarnos en este mundo, nos hace víctimas de una sociedad carente de valores terapéuticos y nos lleva a vivir innumerables batallas carentes de sentido para tener más riquezas materiales, para tener mayor estatus, para identificarnos en función de lo que hacemos… un sinfín de despropósitos que nos incitan a la competitividad, a la rivalidad, a las comparaciones y preocupaciones obsesivas que nos apartan de nuestro bienestar.
Todas estas carencias, nos limitan a la hora de encontrar nuestra mejor versión. Por ello, comparto contigo estas ideas para que seas capaz de entrenar tu mente y conseguir todo aquello que te propongas.
¿Te atreves a practicar la filosofía del guerrero consciente? Te acompaño en este viaje con destino a tu ser más auténtico, tu verdadera esencia para desarrollar tu potencial y mejorar tu calidad de vida.